ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO DE LA CIUDAD DE PETRA |
Pocas
ciudades en el mundo encierran tanta magia como la ciudad de Petra en Jordania.
Etimológicamente hablando, el nombre está relacionado a la piedra, y al mirar
cada uno de sus elementos, difícil es contradecir esta aseveración que toca
tintes artísticos, en una ciudad que refleja la grandeza de ciertos materiales
bien utilizados.
Desde el
punto de vista de ingeniería civil, la ciudad de Petra es una joya que fusiona
estilos únicos en detalles, pero lo más sensacional es la arcilla arenosa con
la que están hechos todos sus monumentos y la forma en como están plasmados.
Dan la sensación que la naturaleza los plasmó de forma natural y no el trabajo
del hombre, así de sensacional es la edificación.
Con el
reconocimiento de la UNESCO de Patrimonio de la Humanidad, la ciudad de Petra
remonta su historia al pasado, cuando en los lejanos siglos III y IV, logró su
esplendor y después el cruel desierto enterró sus murallas, que grandes
alfareros y orfebres se encargaron de labrar.
La ciudad
contiene importantes monumentos históricos labrados en piedra arenosa como el Monasterio,
un teatro y la tumba de los 4 obeliscos, que para los viajeros es todo un
deleite visitar por la forma en como Petra nos recuerda que las grandes
ciudades se pueden edificar y crecer con un toque único de ingenio puro y
dedicación. Además de mucho talento.
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