Cuando vemos o
escuchamos algo relacionado con la construcción del Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México y nos recuerdan que la construcción de
éste no terminará sino hasta el año 2020, es inevitable sentir un poco de
ansías por el tiempo estimado. Sin embargo en la actualidad ese es el promedio
del tiempo que toma un gran proyecto; incluso, más.
Pero hay otra
manera de ver este mismo “fenómeno”: este año que recién va empezando será
marcado por la inauguración de varios edificios que se proyectaron muchos años
atrás, por ejemplo, el Centro Olímpico de la Juventud. Este enorme proyecto,
del cual está a cargo dela firma de arquitectos Zaha Hadid, se empezó a
construir en Nanjing, China, en el año 2011 y se espera que finalmente sea
inaugurado en algunos meses.
Ciertamente,
para describirlo, es muy difícil encasillarle en un estilo en particular. La
estructura principal es una gigantesca nave en la que se encuentran un
auditorio principal para conferencias, un estacionamiento subterráneo y un
montón de oficinas. Desde fuera, pareciera carecer de iluminación natural pues
las ventanas son apenas unas cuantas colocadas de forma casi aleatoria en toda
la fachada e incluso en el techo. Esto, por supuesto, deberá verse compensado
por un buen sistema de iluminación.
Pero la
característica a destacar es el hecho de que en la parte posterior del primer
complejo, se desprenden un par de rascacielos de 314 metros de altura y 68
pisos en los que se distribuye un hotel de cinco estrellas; mientras que en la
segunda torre, de 255 metros y 59 pisos, se dispondrán habitaciones y oficinas
que funcionen de forma paralela al centro de convenciones que tiene una
capacidad para 2100 personas y una íntima sala de conciertos de para 500
personas.
Por si fuera
poco, este coloso estará unido a una plaza al otro lado del río Yangtzé con el
fin de hacerlo uno de los lugares de vital importancia para las finanzas. Bien
dicen que por todo lo bueno vale la pena esperar.
Elías Cababie
Daniel
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