Pese a que muchas
obras que intentan ganar espacio al mar fracasan, la ambición del hombre por
dominar la naturaleza no cesa. De cuando en cuando aparecen nuevos aventureros
que proponen otras formas de lograrlo.
En el año 2010,
los jóvenes arquitectos Esteban y Sebastián Suárez del
despacho Bunker Arquitectura (BNKR) presentaron
ante los gobiernos municipal y estatal, la idea de construir una estructura
multifuncional que uniera de punta a punta la Bahía de Santa Lucía. Conectándola
también con la Costera y la carretera escénica.
El Puente
Bahía de Acapulco se construiría sobre el
mar a lo largo de tres kilómetros, con una
altura de 207 metros. Además de crear una nueva vía para aliviar los problemas
de tránsito del destino turístico, también se
aprovecharía para diseñar espacios de viviendas,
comercios, parques, jardines, oficinas y bicisendas que
recorran el enorme techo verde que tendría la ciudad.
Para edificar el proyecto formarían islas
artificiales cimbradas al fondo de la bahía, las cuales sostendrían los pilotes
de las estructuras de acero y cemento en forma de torres triangulares con las
que se construiría la base del puente. Esta zona podría ocuparse
como muelles públicos y privados.
La idea de que el
puente sea habitable obedece a necesidad de que la obra sea rentable pues
tiene un costo de mil millones de dólares y la construcción tardaría una
década. Razón por la cual se vuelve un proyecto difícil de realizar sólo con apoyo
gubernamental y la participación de particulares es indispensable.
En el país no
existen antecedentes de una obra como la que plantea BNKR, el puente más largo
que se ha construido es el atirantado Baluarte Bicentenario que se localiza en
los límites de Durango y Sinaloa, Autopista Durango-Mazatlán, que mide 1124
metros de largo y no es multiusos. La
apuesta por el proyecto es grande y aún no hay jugadores en la mesa.
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