Para vivir en el penthouse de la segunda estructura más alta de Nueva York, la torre de lujosos condominios que en el nombre lleva la dirección, sólo necesita invertir 95 millones de dólares. En caso de que sus recursos sean menores, puede adquirir uno de los 103 departamentos restantes valuados en apenas siete millones, los más modestos.
Este edificio de 425.5 metros de altura y 85 pisos está ubicado en el corazón de Manhattan, a unas calles del Museo de Arte Moderno (MoMa), el Hotel Plaza, el zoológico del Central Park y la Catedral de San Patricio.
La obra del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, desarrollada por CIM Group and Macklowe Properties, inició su construcción en 2011 y concluyó en 2015.
Una de las principales críticas que recibió el diseño fue lo
esbelto, pero según sus creadores responde a la necesidad de maximizar la
altura de los edificios con relación al terreno del que se dispone. En especial si se trata de la
zona ¨must have” del mundo.
Las líneas simples, limpias y rectas de su fachada con grandes
ventanales (24 por piso de 9.2 metros cuadrados cada uno); contrastan con lo
complejo de su diseño estructural, en el
cual una rejilla de hormigón crea una especie de cesta abierta en la cual se
apilan siete “edificios independientes” que permiten desviar la presión del
viento y colaboran para lograr mayor estabilidad.
Pero si todo lo anterior aún no lo convence de invertir en esta
obra de La gran manzana, debe saber que el 432 de Park Avenue posee un
simbolismo especial para los neoyorquinos: se trata del súper alto número 100
construido en el mundo, nada menos que en la ciudad que vio nacer el primer
rascacielos del planeta en 1929, el edificio Chrysler.
Elías Cababie Daniel.
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