En una de las colinas del poblado de Saariselkä, Finlandia, durante la larga noche polar o kaamos, destacan las luces de los 20 iglús con cúpula de vidrio que forman parte del Kakslauttanen Artic Resort.
La creación del arquitecto Risto Eräpohja fue desarrollada en 1999, por Jussi Eiramo, dueño del hotel, quien notó que los visitantes pasaban horas en el frío con la esperanza de observar las Auroras Boreales, así que pensó sería mejor que lo hicieran en un lugar cálido y cómodo que hiciera de su visita al círculo polar ártico una experiencia aún más inolvidable.
Los iglús están construidos con vidrios que tienen dos placas de cristal templado, cada una cubierta con una delgada película invisible: la interior actúa esparciendo el calor que se aplica de manera controlada por medio de dispositivos electrónicos por toda la cúpula y la exterior evita que se escape, al mismo tiempo que refleja los rayos UV durante las temporadas cálidas.
El sistema al cual se le considera altamente eficiente por su
ahorro de energía, también elimina la condensación y con ello la formación de
hielo, algo indispensable en los 200 días del invierno en esta zona de la
Laponia finlandesa cuya temperatura puede descender hasta 20 grados centígrados bajo cero.
Estos iglús de cristal, que permiten apreciar las maravillosas
Auroras Boreales sin frío, tienen diferentes diseños y capacidades: los más
pequeños pueden alojar a dos personas en una cama doble y sólo ofrecen un
inodoro, los servicios de sauna y ducha deben realizarse en edificios
separados. Un intermedio permite la estancia de cuatro huéspedes en camas
individuales, tiene baño, ducha propia, en apenas 35 metros cuadrados. Los más
amplios miden 57, pensados para seis
visitantes cuentan con terraza,
cocina, baño completo privado, dos camas individuales, una doble y dos
literas.
Elías Cababie Daniel.
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