Con la situación
del país puesta como está dado el mercado petrolero, había que hacer una visita
arquitectónica a uno de los países que ha sabido explotar perfectamente ese
rubro y gracias a ello, puedan decir hoy que tienen el edificio más grande del
mundo. Se trata del Burj Khalifa, un rascacielos ubicado en Dubái, en los
Emiratos Árabes Unidos, y con una altura de 828 metros, ostenta el récord como
la estructura más alta que se haya conocido alguna vez.
Conforme iba
creciendo el país, y específicamente esta región en la que tiene mucha
influencia la comunidad inglesa, se consideraba el construir el edificio más
alto posible. Hubo un primer intento con el rascacielos The Illinois, aunque
simplemente no pudo concretarse.
En la primera
mitad de la década pasada se abrió el concurso para este nuevo proyecto y la
firma ganadora fue Skidmore, Owings, and Merril, quienes no eran ajenos a
proyectos de este calibre pues fue esta misma la constructora que materializó
la Torre Willis, que en algún momento fue el edifico más alto.
Sin embargo, la
gran diferencia es que a frente de este proyecto estuvo Adrian Smith,
arquitecto, completamente estadounidense, pero con ascendencia mexicana. Fue
así como en septiembre del 2004 se empezó su construcción culminando seis años más
tarde.
Y no es para
menos dado el trabajo que requirió. Pero como inspiración tuvo a la Hymenocallis,
una especia de flor típica de la región. Este rasgo se puede notar en la base
de la torre y cómo conforme sube la construcción ésta se va haciendo más
delgada. Como construyendo bases para el siguiente nivel. Para los materiales,
se echó mano de hormigón hasta el piso 156 y a partir de ahí, se empleó acero,
el cual se iba volviendo más ligero conforme subía la estructura.
Si se le mira de
lejos, pareciera ser la estela de gases que deja un cohete, como recordatorio
del deseo del hombre de estar tan cerca del cielo como sea posible.
Elías Cababie
Daniel.
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