Lisboa es una
ciudad enigmática, catalogada por el gobierno de Portugal como una de las
ciudades más sobresalientes en materia de turismo. En lo que respecta al tema
de edificaciones, la ciudad tiene monumentos preciosos como el Zoológico de
Lisboa o la Torre de Belém.
Basta caminar
por sus calles para entender por qué es punta de lanza en turismo, sin embargo,
me gustaría hablar de un puente que me parece una joya de la ingeniería y
arquitectura fusionadas de forma que representa un deleite mirarla.
El Puente
Vasco da Gama es el más largo de Europa con sus 17 km de longitud atravesando
el Mar de la Paja y conectando con la ciudad de Setúbal por medio de seis
carriles que se elevan a 155 metros de altura.
Su
edificación envuelta en la fortaleza del granito y el acero a gran escala es
capaz, según sus creadores, de soportar un terremoto de gran magnitud. Y cuando
el clima se nubla, la magnitud del puente no permite ver la orilla.
El puente
Vasco da Gama fue inaugurado en 1998 y lo sorprendente es que se edificó en
solo 18 meses, muestra sin duda, de admiración para quienes entendemos lo
complejo de una obra de este nivel.
Elías Cababie
Daniel
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