La música nos define, en ocasiones se
vuelve parte de nosotros. Ritmos y géneros que nos acompañan hasta el último
minuto de nuestras vidas. Letras y notas que nos detallan experiencias de otros
que adoptamos nuestras. Así de poderosa es la música, capaz de hermanar a
cualquier extraño.
Cuando pisé el Experience Music Project en Seattle por primera
vez fue una sacudida a los sentidos. Una experiencia de 180 grados por la forma
del espacio, una experiencia altamente vivencial, cosa difícil de encontrar en
un museo.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA EXPERIENCE MUSIC PROJECT
El lugar fue encomendado a la mente
creativa de Frank Gehry, quien se inspiró en el sonido que producía el gran
Jimy Hendrix y la forma de su guitarra Fender Stratocaster. El espacio en
esencia es una invitación a que el visitante descubra cómo nace la música. Los
alcances de cada instrumento y la forma en cómo se vuelven parte de nuestra
existencia.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA EXPERIENCE MUSIC PROJECT
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Este espacio se distingue de los demás
complejos hechos por Gehry por el uso de colores que fusionado con distintas
texturas, simboliza la energía y fluidez de lo que para el autor representa la
música.
El concepto es claro y te invita, las
emociones pasan al primer plano, el edificio tiene colores diferentes. Azul,
dorado, morado, tinturas diferentes y cambiantes, signo universal que la música
es un gran lienzo de vida.
Por dentro, el espacio está organizado en
distintas temáticas que invitan al público a interactuar con la música y los
instrumentos que ahí se alojan, una experiencia enriquecedora a varios niveles.
Elías Cababie
Daniel
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA EXPERIENCE MUSIC PROJECT
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