La luz y el
movimiento han sido dos elementos que desde tiempos inmemoriales han acompañado
el desarrollo del ser humano. El fuego, por ejemplo, representó un hito para la
humanidad cuando nuestros antepasados lo conocieron, la movilidad de la rueda
fue otro evento de suma importancia. Siempre luz y movimiento.
Con estos
elementos presentes en nuestro ADN, es imposible dejar de maravillarse por
aspectos que los involucran, desde el punto de vista de la ingeniería y la
arquitectura moderna no podemos dejar de maravillarnos con estos conceptos.
Y es Montreal,
una de las ciudades más representativas de Canadá, la que nos regala un paisaje
del urbanismo muy bello y digno de mencionar, imaginen un zoótropo, el cual en
esencia es una proyección cinematográfica que funciona con el movimiento de un
objeto mecánico. Ahora piensen en ese objeto mecánico con forma de rueda para
roedor, pero con el tamaño de un humano o un cilindro enorme en medio de la
calle.
Luminothérapie,
en su sexta edición llegó con la bandera de ser una tradición para los
ciudadanos canadienses en los últimos años, la cual se desarrolla en los meses
de diciembre y enero como un espacio al aire libre y con acceso al público que
interactúa con la luz y el movimiento, elementos en la ingeniería vitales para
realizar cosas fantásticas.
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