La imponente construcción
que sorprende a citadinos y turistas cuando toman la salida a Cuernavaca desde
el antiguo Distrito Federal, es la sede del Heroico Colegio Militar del
Ejército Mexicano, obra de los arquitectos Agustín Hernández Navarro y Manuel
González Rul.
Su diseño está inspirado en los centros ceremoniales prehispánicos, donde los espacios abiertos y los edificios van formando plazas, mientras que las montañas que lo circundan parecen una muralla natural.
Algunos especialistas
consideran a esta edificación como singular, muestra de una buena planeación urbana; otros piensan
que el simbolismo de las pirámides fue llevado a un exceso escultórico
innecesario y contraproducente. Para su autor Hernández es simplemente la obra
más grande que ha realizado.
La fachada del Edificio
de Gobierno se asemeja a un mascarón de Huitzilopochtli, dios de la guerra
mexica, que tiene por ojos dos ventanales y la boca es la entrada hacia la Sala
de Banderas. A los lados se erigen las seis columnas de los cadetes más
famosos: los Niños Héroes de Chapultepec.
Frente a este edificio se
encuentra una construcción que funciona como comedor para los alumnos, sala de
máquinas y gimnasio, en la cual se reinterpreta a Quetzalcóatl, sus muros
inclinados son fauces abiertas que beben de manantiales.
El auditorio y los
edificios de docencia recuerdan a un águila alzando el vuelo. El picadero y las
caballerizas simulan un escudo de guerra mexica. Los dormitorios tienen la
intención de recordar seis águilas protegiendo a sus aguiluchos con las alas
plegadas.
Pese a todo este
simbolismo y ser un clásico en la arquitectura de la Ciudad de México, el
Heroico Colegio Militar no tiene sabor antiguo; por el contrario, sigue luciendo
tan impactante como cuando en 1990 fue uno de los escenarios utilizados para la
filmación de la película de ciencia ficción Total
Recall protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
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