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Thursday, 27 October 2016

Torre Latinoamericana, ícono del esplendor.

En la esquina de Eje Central Lázaro Cárdenas y Francisco I. Madero, Centro Histórico de la Ciudad de México, se levanta majestuoso el rascacielos mexicano más conocido y representativo del paisaje urbano nacional: la Torre Latinoamericana, con 182 metros de altura y 44 pisos construidos en un terreno de 1,171 metros cuadrados.
Fue diseñado por el arquitecto Augusto H. Álvarez, con un estilo modernista, influencia de los rascacielos neoyorkinos como el Empire State Building. Se empezó a construir en 1948. La inauguración se celebró el 30 de abril de 1956.

Esta obra no sólo destaca por su valor arquitectónico, también por los sistemas estructurales que el ingeniero Leonardo Zeevaert desarrolló para el proyecto de manera innovadora: 361 pilotes diseñados especialmente para cimentar la torre a 33 metros de profundidad, más
una cimentación de concreto que permite que el edificio "flote" en el subsuelo y soporte 24,100 toneladas de una rígida estructura de acero denominación 47, lo último en materiales de la época. Cuenta con un sistema de inyección de agua bajo la cimentación capaz de crear empujes diferenciales para compensar esfuerzos que tiendan a inclinar la estructura. Por si fuera poco, como la ciudad se hunde más que el edificio, tiene un sistema de losa de la planta baja para poder bajarla y evitar desnivel con la banqueta.
Este edificio ganó prestigio mundial al resistir el temblor del 28 de julio de 1957, que tuvo una magnitud de 7.7 grados y derribó el Ángel de la Independencia. Tras la prueba a menos de un año de la inauguración, fue premiado por el American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero), por ser el edificio más alto expuesto a tan enorme fuerza sísmica.
También se mantuvo incólume en el Terremoto de 1985 y por eso hasta hoy es considerado uno de los edificios más seguros del mundo.
Elías Cababie Daniel.

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