La experiencia y pericia del gran arquitecto británico Norman Foster, ganador del premio Pritzker en 1999 y del galardón Príncipe de Asturias de las Artes 2009, quien diseñó las terminales áreas de Stansted, Essex, Gran Bretaña, Hong Kong y Pekín, China; asociadas con el entusiasmo, la energía, el conocimiento del área, uso de tecnología, preocupación por la sustentabilidad del urbanista mexicano Fernando Romero, yerno de Carlos Slim y diseñador del Museo Soumaya: dieron como resultado el proyecto arquitectónico ganador del NAICM.
La obra se ubicará en un terreno de 4431 hectáreas, ubicadas al oriente de la ciudad, en la zona del Lago de Texcoco.
La obra se ubicará en un terreno de 4431 hectáreas, ubicadas al oriente de la ciudad, en la zona del Lago de Texcoco.
Se considera que tiene una escala monumental, inspirada en la arquitectura y simbolismo mexicano: un jardín de cactáceas recibirá a quienes la visiten, la guía de acceso se construirá con elementos que remitan a una serpiente y el techo de la entrada evocará al águila con sus alas abiertas en vuelo, con una estructura ligera que permita aprovechar al máximo la luz solar.
La sede del Nuevo
Aeropuerto de la Ciudad de México busca obtener certificación LEED Platinum, al
ahorrar 40% de energía versus los estándares internacionales, todo con energía
limpia, generar electricidad por medio de luz solar, tratar el 70% del agua que
se use en la terminal, sanear nueve ríos de la zona oriente del área
metropolitana, rescatar una zona ambiental degradada y preservar el área de
interés para la conservación de aves.
El costo de esta
construcción en su fase inicial será de 169,000 millones de pesos.
Por ahora se trabaja en
la barda perimetral, obras de drenaje, plantas de tratamiento, limpieza,
nivelación del terreno, remoción de escombros y caminos de acceso. El inicio de
operaciones está programado para el año 2020.
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